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    Sal rosa para combatir la celulitis y la retención de agua

    Como hemos visto en nuestros profundos estudios, hay varios métodos (cosméticos, médicos, estéticos) para combatir la celulitis. Hoy, sin embargo, queremos hablarles de una práctica “inusual” desconocida para muchos: el uso de la sal.

    Aunque es un alimento totalmente prohibido a nivel dietético (por su característica de atraer el agua y provocar la retención de agua), en el campo de la cosmética la sal rosa se utiliza para estimular la circulación linfática y sanguínea, regenerar la piel y purificar los tejidos.

    Además, cuando se utiliza como un exfoliante, ayuda a eliminar las impurezas y las células muertas de las capas superficiales de la piel dando un aspecto suave y limpio.

    La sal rosa, o sal del Himalaya, es un alimento de orígenes muy antiguos, por lo que está libre de contaminantes y es rica en minerales y oligoelementos.

    El masaje – exfoliación, realizado con sal rosa, tiene un efecto exfoliante y purificador de la piel, demostrando ser un aliado válido para combatir la celulitis y la retención de agua.

    Es un tratamiento que forma parte de la talasoterapia (del griego Thalassa que significa mar), una serie de tratamientos que aprovechan las propiedades beneficiosas del agua y los productos del clima marino (por ejemplo, las algas y la sal) que se está haciendo cada vez más popular tanto en los balnearios como en los centros de belleza.

    El tratamiento comienza siempre con una fase de exfoliación que, después de exfoliar la piel, favorece la dilatación de los poros para prepararlos para absorber mejor los nutrientes de la sal y los tratamientos posteriores.

    El masaje se realiza con lentos movimientos circulares para estimular la circulación y evitar el estancamiento de líquidos.

    Aunque no es un tratamiento de “choque”, especialmente en las fases escleróticas, puede ser un excelente coadyuvante en combinación con otros tratamientos como la criolipólisis, la radiofrecuencia o la mantis.

    Su uso, en cambio, resulta muy válido en las primeras fases de la celulitis: por ello, contar con un centro equipado con termografía de contacto puede ser una ayuda válida para contrarrestar la mancha en el nacimiento, evitando tener que correr después a los refugios con tratamientos más costosos.

    Esta tecnología, de hecho, permite analizar el estado de la celulitis, clasificándola en sus etapas (ausente, edematosa, fibrosa, esclerótica) incluso cuando aún no es visible a simple vista o detectable a la palpación.

    Se basa en el uso de placas termográficas que, apoyadas en la piel, reflejan (a través de imágenes en color de alta resolución) la situación de los tejidos subyacentes: un método muy fácil, repetible y totalmente sin contraindicaciones.

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