20 Mar ¿Cómo combatir la adiposidad en los brazos?
La prueba de vestuario se acerca y, muchos de nosotros, ya estamos luchando con el gimnasio, la dieta y los tratamientos de belleza para tratar de volver a estar en forma.
Además de la celulitis, uno de los problemas más frecuentes a los que nos enfrentamos es el de una parte del cuerpo que, si no se trata, pierde elasticidad y tono muscular con el paso de los años: los brazos.
El tejido adiposo acumulado bajo los brazos nunca es agradable de ver: por eso es importante hacer algo tanto de forma preventiva como en caso de adiposidad localizada.
Como en todas las enfermedades, es ciertamente mejor prevenir que recurrir a tratamientos costosos: pero ¿cómo podemos diagnosticar una adiposidad localizada debajo de los brazos antes de que sea visible a simple vista?
Aquí nos ayuda la termografía de contacto IPS: una tecnología basada en el uso de placas de cristal líquido capaces de localizar e identificar el tipo de adiposidad.
Esta tecnología permite distinguir entre la adiposidad blanda y la endurecida, demostrando ser una excelente herramienta de prevención.
Si no hemos sido capaces de prevenir las manchas, todavía podemos tomar medidas: lo primero que hay que tener en cuenta es sin duda la dieta: evitar los carbohidratos refinados sustituyéndolos por los de trigo entero, aumentar el consumo de frutas y verduras y disminuir (mejor aún si se puede eliminar) el azúcar; para completar es necesario asegurar la correcta hidratación de nuestro cuerpo, recordando beber mucha agua, drenar los tés de hierbas o el té verde (rico en catequinas) durante el día.
Además de la parte dietética, también hay que tener en cuenta la parte física: eliminar la adiposidad localizada debajo de los brazos puede ser útil para hacer ejercicios como el levantamiento de pesas (también son finas botellas de agua si no tienes mancuernas), entrenar tanto los bíceps como los tríceps, realizar actividades cardiovasculares (ayuda a quemar el tejido adiposo) y realizar estiramientos específicos después de las sesiones.
Otra actividad particularmente efectiva es la natación (con beneficios para todas las demás partes del cuerpo).
Por último, nunca hay que olvidar la correcta hidratación de la piel: después de la ducha, siempre poner una buena crema hidratante (por ejemplo, aceite de almendras), ayudará a hacer que la piel tonificada y flexible.
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