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    ¿Has oído hablar de la lecilysis como tratamiento anticelulítico?

    La lecilysis es un remedio para reducir o eliminar la celulitis y la grasa visceral, dos problemas que afectan a la mayoría de las personas, especialmente a las mujeres de todas las edades.

    La celulitis se manifiesta en forma de la molesta imperfección de la “piel de naranja”, mientras que la grasa visceral se acumula, casi siempre, en lugares muy molestos porque es claramente visible, especialmente durante el verano, cuando usamos trajes de baño: caderas, nalgas, abdomen y pantorrillas.

    Pero además del aspecto estético, hay que tener en cuenta el aspecto sanitario, ya que la grasa visceral es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares: por eso es muy importante analizar su presencia y tomar medidas.

    En ambos casos, tanto para la celulitis como para la grasa visceral, antes de decidir el enfoque terapéutico siempre recomendamos realizar un análisis mediante termografía de contacto, una tecnología capaz de detectar la presencia y el estado de ambas afecciones.

    Esto es una gran ventaja, ya que permite al profesional decidir tanto el tipo de tratamiento más adecuado como su duración. Las ventajas, sin embargo, no terminan aquí: gracias a las placas termográficas que, mediante imágenes en color de alta resolución, reflejan el estado real de los tejidos subyacentes, es posible identificar la presencia de celulitis incluso cuando ésta no es todavía detectable a simple vista o con la palpación.

    El análisis termográfico es un examen fácil, rápido y absolutamente indoloro: por esta razón es repetible y no presenta ningún tipo de contraindicación en su ejecución.

    Una vez realizado el análisis, es posible pasar al tratamiento propiamente dicho que, en el caso de la lecilysis, es de carácter médico y consiste en la inyección de una sustancia lipolítica combinada con vitaminas y minerales. Dada su acción localizada, es posible actuar específicamente en las zonas más afectadas por el tejido adiposo.

    La sustancia inyectada permite la metabolización de las grasas y el tratamiento se realiza con microagujas indoloras. Si se hace correctamente, tras el examen y la aprobación inicial del médico, no hay contraindicaciones particulares, salvo la posibilidad de que se desarrollen pequeños edemas localizados en las zonas tratadas, que desaparecerán en pocos días.

    En algunos casos, el médico puede recomendar el uso de medias de compresión en los días posteriores al tratamiento.

    Por lo general, se planifica una sesión por mes, también porque se necesita cierto tiempo para que la acción de la droga dé sus resultados, y se prevén de 3 a 5 sesiones.

    Entre una sesión y otra, gracias a las placas termográficas, será posible monitorear en detalle todo el progreso.

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